Con la llegada del buen tiempo en el Principado de Andorra, la cocina del país se vuelve un poco más ligera. Decimos ligera porque los buenos caldos y cocidos no se dejan de lado pero sí añadimos, en nuestra dieta, unas ensaladas muy completas. La gastronomía del país es tradicional y, lógicamente, de montaña. Es una cocina rica, muy variada y de calidad que se basa en los productos de campo y cultivados, preferiblemente, en casa. De hecho, la cocina del territorio tiene características muy similares a la que se hace en las comarcas catalanas más cercanas, como la Cerdaña y el Alt Urgell pero también ha acabado adoptando otros elementos de las cocinas francesa e italiana.
Entre los platos típicos de la cocina andorrana destaca la escudella (potaje de legumbres). Un plato que tiene mucha salida tanto en invierno como en verano. Y es que las bajas temperaturas que nos acompañan durante el año, sobre todo por las noches, hacen que un buen cocido siempre apetezca. La sopa de cebolla también es una buena alternativa si preferimos un plato caliente sin que nos cargue demasiado. Ahora bien, si lo que se quiere es comenzar la comida de manera ligera, una buena tostada de escalivada (berenjena y pimiento rojo hecho al horno) con anchoas es una buena elección.
Sin duda, la cocina de Andorra está principalmente marcada por su naturaleza de valles montañosos. Así que en la cocina nacional encontramos tanto carne de ternera como de conejo, cabrito y cordero. Hay que decir, que el nombre de «carne de Andorra», se encuentra, hoy en día, registrado como Indicación Geográfica Protegida (IGP) desde octubre de 2013. Con este sello se da la garantía al consumidor de que, aparte de un origen certificado, el producto cumple los requisitos de calidad y procedimientos de elaboración propios del territorio. Así que después de una buena excursión que mejor que probar y degustar un buen trozo de carne del país, tales como, una paletilla de cordero o unas costillas de cordero del Pirineo.
Pero en la cocina tradicional del país tampoco falta un buen pescado. La trucha es uno de los pescados más consumidos y lo encontramos cocinado de diferentes maneras, ya sea al horno, frita o bien, a la plancha. El bacalao, la merluza, la sepia y el salmón tienen también una buena salida. Ahora bien, no nos debemos olvidar del arroz de montaña. Un plato que suele ser muy solicitado entre los excursionistas y turistas que nos visitan.
Y como no, los postres terminan poniendo la guinda a la gastronomía andorrana. Aquí también vemos las influencias de la cocina de nuestro alrededor con la crema catalana, crepes, mousses….
Si hemos logrado abriros el apetito, sin duda alguna el paso siguiente es probar alguna de estas propuestas. Las encontraréis en los menús de verano que os proponemos en el Restaurante del Hotel del Tarter.
Recordad que el restaurante está abierto a todo el mundo que quiera comer bien en Andorra y a buen precio, sean clientes o no del hotel.